Se ha comprobado que en la explotación de una instalación fotoeléctrica puede darse una disminución de la potencia generada, en muchos de los casos llegando al 35 % de la inicial tras su puesta en funcionamiento. Esa reducción con respecto a una producción ideal se ve afectada por:
- Tolerancia de potencia de los módulos
- Efecto de la temperatura de operación de las células.
- Pérdidas por desadaptación.
- Suciedad de los módulos.
- Deriva espectral.
- Efecto de las sombras sobre los módulos.
- Incidencia oblicua del sol.
- Pérdidas en los cables.
- Eficiencia del inversor.
- Parada de mantenimiento
- Pérdidas por explotación.
- Degradación de los equipos.
Todos estos factores pueden ser fácilmente solventados a través de un estudio y mediciones de la instalación fotovoltaica.